La serina es uno de los veinte aminoácidos que forman parte de las proteínas. Es un aminoácido no esencial que forma parte del centro activo de muchas enzimas. La serina es precursora de otros aminoácidos como la glicina, cisteína y de fosfolípidos como la fosfatidilserina. Está presente en las vainas de mielina que cubren los nervios situados en el cerebro, sin serina suficiente estas vainas pierden densidad o desaparecen, dando lugar a una incapacidad de los nervios para transmitir los impulsos nerviosos a otras partes del cuerpo.
La serina también ayuda a la producción de anticuerpos e inmunoglobulina, moléculas esenciales para mantener un sistema inmunológico saludable. Aunque en pequeñas cantidades, para sintetizar triptófano se requiere serina junto con vitaminas como el ácido fólico, vitamina B3 y vitamina B6. El triptófano es precursor a su vez de la serotonina, que regula el humor y el estado de ánimo.
Otras funciones que realiza la serina están relacionadas con el mantenimiento de la hidratación de la piel, síntesis de compuestos como la porfirina, creatina y purinas. La serina es necesaria para el metabolismo de las grasas, correcto funcionamiento de la replicación celular, desarrollo muscular y es esencial para el correcto funcionamiento del sistema inmune.
La serina es un aminoácido gluconeogénico, esto significa que si es necesario puede formar glucosa en el hígado para evitar la hipoglucemia.
La fosfatidilserina es un derivado de la serina que interviene en la función y mantenimiento de las neuronas. Su consumo presenta efectos saludables sobre la memoria y la función cognitiva. La fosfatidilserina ha mostrado acelerar la recuperación, reducir el dolor, el daño muscular y atenuar el stress fisiológico y mental disminuyendo los niveles de cortisol producidos durante el ejercicio físico tanto en deportistas de fuerza como de fondo.
Niveles bajos de serina producen manifestaciones físicas y neurológicas como hipertonía, retraso psicomotor, microcefalia o trastornos del sistema nervioso como epilepsia.
Algunos de los alimentos en los que se pueden encontrar serina en mayores cantidades son:
- Origen animal: carnes, pescados, lácteos, huevos.
- Origen vegetal: legumbres, semillas, vegetales y cereales integrales.
Aplicaciones
El consumo de serina pretende cubrir sus necesidades y garantizar sus funciones como el mantenimiento saludable de la piel, sistema inmunológico y sistema nervioso.
La serina es elemento de síntesis proteica para el desarrollo y la recuperación muscular. Además, por su capacidad de convertirse en glucosa sirve como fuente de energía en situaciones de ayuno o déficit de energía.
Precauciones
El consumo de serina es, en general, seguro. No obstante, las personas con afecciones hepáticas o renales no deben ingerir grandes cantidades de aminoácidos sin la supervisión de un profesional. Un consumo excesivo de serina puede causar efectos adversos como desequilibrios con el resto de los aminoácidos.
Equipo de especialistas en nutrición y dietética de Nutritienda.com
Nuestro equipo de expertos titulados en nutrición y dietética por universidades como la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad de Zaragoza, plasman su know how en este blog. Todos ellos coinciden en su vocación por la divulgación de los secretos del mundo de la nutrición.
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