Es posible que hayas oído ese mito de que tu IMC es el indicador de tu salud pero hoy vamos a romperte los esquemas explicándote qué es el IMC realmente. Porque si eres de los que pensaba que lo que marcara tu Índice de Masa Corporal iba a misa, aquí va un spoiler: no es el indicador definitivo de salud y puede engañarte. Aunque es uno de los más utilizados en la práctica clínica por su rapidez y sencillez, la información que aporta por sí sola no tiene mucha validez para estimar el estado de salud… #SorryNotSorry

📢 Pero si estás aquí es porque no quieres quedarte solo en la superficie: sigue leyendo para profundizar en la información que nos aporta el IMC y descubre otras medidas que se deben tener en cuenta para realizar un análisis completo de composición corporal.
¿Cómo se calcula el IMC?
El IMC, también conocido como Índice de Quetelet, es un indicador muy utilizado para conocer el estado nutricional de una persona.
- IMC elevado: se relaciona con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares❤ y algunos tipos de cáncer.
- IMC bajo: se relaciona con un mayor riesgo de mortalidad⚰ e infecciones.
Pero antes de seguir, debes saber que fue desarrollado por Adolphe Quetelet en el Siglo XIX, basándose en una serie de investigaciones que parecían indicar su utilidad como un predictor de grasa corporal y de los problemas de salud relacionados con un peso inadecuado.
La fórmula es sencilla: se calcula dividiendo el peso (kg)/talla al cuadrado (m). Hace unos años, la OMS estableció una clasificación para poder identificar el resultado obtenido con nuestro estado nutricional. Si tu IMC está entre 18,5-24,9 ☑ estás de suerte, ¡posees un peso considerado como saludable! ¿O quizá no?
¡Pues sentimos llevar la contraria! ❌ Sigue leyendo y descubre todas las limitaciones que se esconden detrás de este sencillo cálculo.
¿Qué limitaciones tiene el uso del IMC?
El IMC es muy útil en Salud Pública y en la práctica clínica ya que aporta a los profesionales información sobre el posible estado de salud de una persona de forma rápida.
A pesar de ello, diversos estudios han confirmado que al ser un indicador basado solo en el peso y la altura, presenta 2 grandes desventajas:
- No distingue entre el peso de músculo, grasa o hueso.❌
- No da información sobre cómo se distribuye la grasa en el organismo.❌
Esto quiere decir que dos personas que miden y pesan lo mismo, pero que poseen distinta composición corporal (una con más grasa y otra con más músculo), van a obtener como resultado el mismo IMC. ¿Tienen entonces el mismo nivel de salud?

¿En qué personas es menos preciso el IMC?
Estos fallos que presenta el IMC pueden ser más evidentes en ciertos grupos de población:
💡 Ancianos.👵🧓
💡 Personas de baja estatura.🧑🦰👱♀️
💡 Personas con elevada masa muscular.🏋
💡 Embarazadas.🤰
¿Tener un IMC normal es sinónimo de salud?
La respuesta a estas alturas está clara: no. Si solo se tiene en cuenta el IMC al hacer una valoración de la composición corporal, su interpretación puede dar lugar al fenómeno conocido popularmente como TOFI (Thin Outside, Fat Inside), o lo que es lo mismo, “delgado por fuera, gordo por dentro”.
En un estudio publicado por el Imperial College de Londres, se observó que un alto porcentaje de personas consideradas como delgadas poseían en realidad una alta cantidad de grasa visceral (en el abdomen), muy peligrosa para la salud por su relación con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
También puede enmascarar otros problemas de salud, como la sarcopenia (pérdida de masa muscular💪), que afecta cada vez más a personas jóvenes debido al estilo de vida sedentario de la población.
¿Con qué medidas hay que combinar el IMC?
Las mejores medidas con las que se puede acompañar el cálculo del IMC para conocer de forma más precisa nuestra composición corporal y estado de salud son:
- Pliegues cutáneos: nos permite conocer cuál es nuestro porcentaje de grasa corporal y de masa muscular.
- Perímetro de Cintura o Índice de Cintura Cadera: dan información más precisa sobre la cantidad de grasa visceral, y por tanto del riesgo de padecer ciertas enfermedades metabólicas.
- Bioimpedancia: aporta información detallada sobre la distribución de nuestra grasa y músculo.
Bibliografía
- Body Mass Index – BMI. (2021). World Health Organization. https://www.euro.who.int/en/health-topics/disease-prevention/nutrition/a-healthy-lifestyle/body-mass-index-bmi
- Madden AM, Smith S. Body composition and morphological assessment of nutritional status in adults: a review of anthropometric variables. J Hum Nutr Diet. 2016 Feb;29(1):7-25. doi: 10.1111/jhn.12278. Epub 2014 Nov 25. PMID: 25420774.
- Thomas EL, Frost G, Taylor-Robinson SD, Bell JD. Excess body fat in obese and normal-weight subjects. Nutr Res Rev. 2012 Jun;25(1):150-61. doi: 10.1017/S0954422412000054. Epub 2012 May 25. PMID: 22625426.
- Choi KM. Sarcopenia and sarcopenic obesity. Korean J Intern Med. 2016 Nov;31(6):1054-1060. doi: 10.3904/kjim.2016.193. Epub 2016 Nov 1. PMID: 27809450; PMCID: PMC5094937.
Tengas el cuerpo que tengas, no olvides que la actividad física y una alimentación saludable son indispensables. ¡No dejes que tu imagen o un número definan tu salud!

Experta en Nutrición, Dietética y Cuidado Personal.
Andrea está formada con un grado en Nutrición y Dietética por la Universidad Complutense de Madrid y especializada con un Máster en la Nutrición para la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Católica San Antonio de Murcia. Tras una experiencia demostrada en el ámbito clínico, su inteligencia emocional la ha llevado a encargarse de llevar a nuestros clientes toda la información sobre los buenos hábitos en la alimentación y en el cuidado personal.