Para muchas personas, la respuesta a esta pregunta sería bastante obvia, puesto que la mayoría diría: correr. Pero antes de responderla, es importante que tengamos claros algunos conceptos clave.
¿CORRER? ¿PESAS? ¿CUÁL ES MEJOR?
Cuando buscamos perder esos kilillos de más y sobre todo reducir la grasa corporal, siempre optamos por actividades aeróbicas como correr, bicicleta… Sin embargo, es importante no olvidar los ejercicios con las pesas. A continuación os explicamos el por qué.
Es cierto, que el ejercicio aeróbico genera un gran gasto energético, pero conforme seguimos practicándolo de manera prolongada, el progreso es cada vez más lento. La razón es porque el cuerpo se hace cada vez más eficiente, es decir, se adapta a las demandas del entorno. O dicho de otro modo, nuestro cuerpo analiza que vamos a realizar constantemente el mismo ejercicio, con lo cual reajusta el gasto calórico para quemar la menor cantidad de grasa (reservas energéticas) posible. Por esta razón, para seguir quemando grasa, tendríamos que aumentar la intensidad del ejercicio.
Y efectivamente claro que se pierde grasa con el ejercicio aeróbico, pero el problema que si solo se práctica este, ¡también se pierde músculo! que es la clave para mantener nuestro metabolismo siempre activo y de esa forma el gasto calórico.
«El metabolismo basal, es la cantidad mínima de energía que nuestro cuerpo necesita en reposo para realizar las funciones vitales básicas.»

¿QUÉ OCURRE EN EL CASO DE LAS PESAS?
Al contrario que el ejercicio aeróbico, las pesas son ejercicios que nos permiten desarrollar masa muscular ¡Y aquí es donde está la clave!
Los músculos son los que demandan toda la energía, ya que tras un entrenamiento con pesas, necesitan ser «reparados» y para ello, nuestro cuerpo precisa de una buena cantidad de energía, es decir, nuestro metabolismo basal ¡aumenta! Pero este proceso es constante y cuanto más masa muscular desarrollemos más gasto calórico, ya que los músculos necesitan un mantenimiento continuo, no solo tras el entrenamiento sino también cuando están en reposo. Y esta energía la obtiene principalmente de las reservas, osea de ¡las grasas! Por eso, ¡cuanto más músculo, más energía quemamos!
«Además, los entrenamientos de fuerza optimizan la hormona del crecimiento, que participa activamente en el gasto calórico»

Está claro que el ejercicio físico por si solo nos mantiene activos, pero para estar activos necesitamos energía, por eso lo ideal es hacer una combinación de los dos ejercicios, ¡para mantener nuestro metabolismo a pleno rendimiento constantemente!
Ahora que ya conoces sus beneficios, no dejes para mañana lo que puedas empezar hoy ¡Dale duro! 😉

Sandra es licenciada en nutrición y dietética especializada en hábitos alimenticios saludables.