El verano ha llegado a su fin y aunque nos gustaría que sus efectos sobre el bronceado durasen todo el año, hay una consecuencia que preferiríamos dejar atrás. Sí, hablamos de las temidas manchas en la piel.
Aunque el sol no es el único responsable. Las hormonas, el acné, la genética, el estrés e, incluso, el paso de los años también pueden provocarlas. Sin embargo, la exposición al sol multiplica las que ya teníamos sumándose a las que aparecieron por su causa en años anteriores. Ya te lo advertimos: la piel no olvida. Así que toma el sol siempre con cabeza.
Nunca olvides la protección
Puede parecer que ahora que vas a ocultarte bajo capas de ropa, no estarás expuesta. Pero te equivocas, el sol no desaparece porque el frío empiece a llamar a tu puerta. Por ello, lo ideal es que te apliques protección solar durante todo el año, especialmente en las partes de piel que vayas a tener expuestas.
Nuestro consejo es que utilices cremas con factor de protección solar y, si tienes especial sensibilidad a estas manchas, ¡protégete aún más! Utiliza cremas específicas y reaplica varias veces a lo largo del día. Y no olvides consultar a tu dermatólogo. |
Además, esa hidratación también te estará ayudando en esta ardua tarea. Con este paso, estarás dando armas a tu piel para defenderse de la sequedad y la desescamación. Dos factores que van a debilitar y desigualar el tono de tu piel.
Cuida tu alimentación
No te sorprenderá leer en este blog esta recomendación. Somos más pesados que los lunes con esta frase, pero no deja de ser cierta. El exceso de pigmentación también puede combatirse con lo que echamos en nuestro plato.
Para ello, no sólo debes añadir antioxidantes a tus cremas sino también a tu menú diario.
¿Cómo? ¡Sencillo! Incluye frutas como los arándanos, las fresas, la granada o las uvas. Ellas y más concretamente sus semillas, contienen ácido elágico que blanquea la piel.
Hay otros aliados que no debes olvidar: Betacarotenos. Bloquean los radicales libres y puedes encontrarlos en las zanahorias. Lipoceno. Este completo antioxidante también ayuda a combatir las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión entre otras enfermedades. Lo encontrarás en los tomates. Omega 3. No es un tipo de grasas que nuestro cuerpo pueda producir por sí mismo. Tiene efecto antiinflamatorio y autoinmune. Esto le permite favorecer el tratamiento de enfermedades caracterizadas por procesos inflamatorios así como el envejecimiento. Los podrás consumir en forma de frutos secos y pescados como el atún, el bacalao, el salmón o las sardinas. Omega 6. Se trata de un componente que puede estimular el crecimiento del cabello y generar varios beneficios para la piel. Colabora, también, con la salud de los huesos, del sistema reproductivo y regula el metabolismo. Las carnes son la principal fuente de Omega 6, por ejemplo, el pollo y el pescado. Además de los huevos, el aguacate, los cereales y los panes integrales. Vitamina E. Uno de los antioxidantes más potentes para ayudar a la recuperación de la piel. Tómala a través de las nueces, las hortalizas de hoja verde como las espinacas y el brócoli. También en forma de semillas y aceites vegetales. Vitamina C. Potencia los niveles de colágeno. El kiwi o la naranja son buenas opciones para incluirlas. |
Además, podrás encontrar estas vitaminas en algunos productos de tratamiento facial. ¡Úsalas para potenciar su actuación sobre la piel!
Cuando las manchas ya están ahí
En ocasiones, la prevención no es suficiente y hay que tratar las manchas cuando ya están en la piel. Y es que, uno de los signos de la edad es la hiperpigmentación y la pérdida de luminosidad. Pero, aunque pueda parecer inevitable, puedes utilizar tratamientos específicos para manchas que encontrarás en nuestra sección de Tratamiento Facial.
Te recomendamos que optes por productos despigmentantes que incluyan ácido glicólico o ácido kójico. Pero no tengas prisa. El momento de comenzar este tipo de tratamientos es el otoño, cuando ya no vayas a exponerte al sol expresamente.
Recuerda que las manchas también pueden ser indicativo de otras afecciones por lo que, para estar seguro del tratamiento a seguir, consulta siempre a tu dermatólogo.
Esta graduada en Educación Infantil por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, dio un giro de 180º a su profesión tras diez años dedicados a la enseñanza por su vocación: el mundo Beauty. Tras formarse en estética, cosmética, maquillaje y peluquería, Lidia entró a formar parte de la plantilla de contenidos de Nutritienda en 2017 donde ha unido ambas pasiones llevando a nuestros clientes las novedades del sector Belleza mientras enseña a usar las últimas técnicas en nuestro Blog.