La genisteína es una isoflavona presente en alimentos como la soja, el kudzu, el lúpulo o el trébol rojo. Las isoflavonas son un grupo de sustancias químicas vegetales que se incluyen dentro del grupo de los compuestos fenólicos. La genisteína es la forma libre (aglicona) de la genistina (forma glicosilada).
En los alimentos naturales las isoflavonas suelen encontrarse en sus formas glicosiladas, es decir, unidas a una molécula de glucosa. Estas formas son menos activas que sus formas libres y para ejercer su acción biológica necesitan la acción de la flora bacteriana del intestino que libera la forma activa, la genisteína. Las personas tienen diferente sensibilidad a la acción de las isoflavonas presentes en los alimentos, en parte debido a la necesidad de esta transformación de la genistina en genisteína por parte de las bacterias del tubo digestivo.
La molécula denominada Biochanina A también es precursor de genisteína. De hecho la biochanina es rápidamente convertida en la forma activa de genisteína.
Entre las acciones de las isoflavonas se encuentran:
Acción sobre el sistema cardiovascular.
Poseen la capacidad de promover la salud cardiovascular, reducen la concentración del colesterol LDL y promueven la flexibilidad de los vasos sanguíneos.
Acción sobre receptores estrogénicos.
Las isoflavonas presentan similitudes estructurales con los estrógenos. Esta similitud las permite interaccionar con los receptores estrogénicos, aunque su acción se considera débil ya que es de 100 a 10.000 veces menor que la hormona estradiol. Sin embargo, esta cualidad le permite aliviar síntomas asociados con la falta de estrógenos en mujeres postmenopáusicas.
Las isoflavonas son moduladores selectivos de los receptores estrogénicos y pueden presentar propiedades estrogénicas en unos tejidos, antiestrogénicas en otros tejidos o no tener ningún efecto hormonal. De este modo, parece que las isoflavonas presentan los efectos beneficiosos de los estrógenos sin tener sus efectos secundarios.
Acción antiaromatasa.
Algunos tipos de flavonoides presentan capacidad de reducir la biosíntesis de estrógenos y los niveles de estrógenos plasmáticos. Estos compuestos tienen la capacidad de unirse a la enzima aromatasa evitando que los andrógenos (hormonas masculinas) se transformen en estrógenos (hormonas femeninas).
La enzima aromatasa se expresa en células del tejido adiposo, hepático o el tejido mamario. Estos tejidos son la fuente principal de estrógenos en los varones y en las mujeres una vez que se produce la menopausia. Antes de la menopausia los estrógenos se sintetizan principalmente en los ovarios pero por otra vía que no es la aromatasa.
Esta actividad antiaromatasa parece ser la clave en la protección del cáncer de mama de la soja y es utilizada en productos pro-hormonales para inhibir la conversión de la testosterona en estrógenos.
Las isoflavonas también parecen tener actividad inhibidora de la 5-α- reductasa responsable de la conversión de la testosterona en dehidrotestosterona.
Acción antioxidante.
Las isoflavonas tienen la capacidad de captar radicales libres y algunas investigaciones sugieren que aumenta la actividad de algunas enzimas antioxidantes.
Acción inhibitoria de enzimas que intervienen en la replicación celular.
Las isoflavonas poseen capacidad de inhibir las enzimas clave en la aparición y progresión de tumores.
Acciones neurológicas.
Las isoflavonas de soja parecen presentar además beneficios en la función cognitiva y el sistema nervioso, al parecer mediante la inhibición de la recaptación de la serotonina.
¿Para qué sirve?
El consumo de genisteína tiene los beneficios asociados al consumo de isoflavonas de soja, pero además al aportar directamente la forma activa se mejora la acción biológica en aquellas personas cuya flora bacteriana es poco productora de genisteína.
La genisteína tiene un efecto protector sobre el sistema cardiovascular y reduce la formación de placa de ateroma. Además, las isoflavonas tienen acción vasodilatadora por lo que son capaces de reducir la presión arterial.
El consumo de genisteína eleva la capacidad antioxidante del cuerpo previniendo el daño oxidativo. La acción de los radicales libres está relacionada con multitud de enfermedades degenerativas como el Alzheimer, Parkinson, Diabetes, cáncer..
Las isoflavonas y la genisteína son capaces de ejercer una acción estrogénica suave que reduce los síntomas asociados a la menopausia como los sofocos, la ansiedad, el insomnio o la osteoporosis. En mujeres premenopausicas las isoflavonas parecen tener el efecto contrario y parece que pueden competir por los sitios de unión de los estrógenos, pudiendo reducir su actividad y reducir el riesgo de cáncer de mama.
El consumo de genisteína reduce el aumento de peso y grasa subcutánea abdominal gracias a que modifica la actividad de enzimas implicadas en el almacenamiento de las grasas y reduciendo la captación de la glucosa por parte de las células grasas.
La capacidad antiaromatasa de las isoflavonas se utiliza para reducir la conversión de los andrógenos en estrógenos, disminuyendo los efectos de las hormonas femeninas. Niveles elevados de estrógenos se asocian a mayor acumulación de grasa corporal. Las isoflavonas parecen ser capaces de regular la oxidación de las grasas, prevenir el acúmulo de grasa y aumentar el catabolismo lipídico. La actividad antiaromatasa de las isoflavonas también se utiliza en tratamientos coadyuvantes de algunos tipos de cáncer.
Además de por su acción antiaromatasa, los varones pueden beneficiarse del consumo de isoflavonas de soja ya que parecen reducir el riesgo de cáncer de próstata. La genisteína también ofrece protección cardiovascular y reduce los síntomas de la disminución de las hormonas producida por la edad. Asimismo, la genisteína previene la aparición de la osteoporosis, que aunque menos común en varones, también está presente en un 20% de los hombres de más de 50 años.
Dosis
No existe una cantidad recomendada para las isoflavonas ni para la genisteína.
Las dosis utilizadas oscilan entre los 40 y los 80 mg. Sus efectos suelen observarse a partir de 4-10 semanas de su consumo.
Precauciones
No existe una dosis máxima establecida ni se han observado efectos secundarios con las dosis de las dietas de origen asiático ricas en isoflavonas.
El consumo de genisteína e isoflavonas se considera seguro y en general, tiene muy buena tolerancia. En caso de aparecer efectos secundarios suelen limitarse a molestias gastrointestinales cuando se consumen dosis elevadas.
Cuando se esté tomando medicación se aconseja estar supervisado por un profesional cualificado. Si se consumen medicamentos que alteren la coagulación sanguínea o medicación para la diabetes puede ser necesario ajustar la dosis para evitar hemorragias o hipoglucemias. No se aconseja tomar isoflavonas de soja conjuntamente con Ginkgo biloba.
No se han realizado estudios de seguridad o dosis en niños, por esta razón se recomienda no utilizar productos con isoflavonas de soja sin la supervisión de un profesional de la medicina.
Las personas con hipotiroidismo pueden precisar un ajuste de la dosis de su medicación ya que las isoflavonas reducen la absorción de la medicación.
Equipo de especialistas en nutrición y dietética de Nutritienda.com
Nuestro equipo de expertos titulados en nutrición y dietética por universidades como la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad de Zaragoza, plasman su know how en este blog. Todos ellos coinciden en su vocación por la divulgación de los secretos del mundo de la nutrición.
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