El fósforo es un mineral que participa en un amplio número de funciones del cuerpo, incluyendo la producción de energía, la formación de huesos y dientes, transporte de oxígeno y diversas funciones celulares.
El fósforo protege a las proteínas de la degradación y es necesario para la síntesis de ATP (molécula energética celular). El fósforo forma parte también del fosfato de creatina. Este fosfato de creatina es la forma más rápida de resintetizar el ATP consumido por la célula. A mayor concentración de fosfocreatina celular mayor capacidad de producir ATP y proporcionar energía a la célula para las distintas funciones.
El metabolismo del fósforo es controlado por las mismas hormonas que regulan el metabolismo del calcio. Por esta razón, es muy importante una adecuada relación calcio/fósforo para evitar descompensaciones.
La deficiencia de fósforo provoca diferentes síntomas entre los que destacan: fatiga o debilidad, perdida de atención, problemas óseos y articulares (osteoporosis, osteomalacia, raquitismo), irritabilidad y nerviosismo, anemia, deterioro de la función inmune, entumecimiento y confusión.
De manera general, si se sigue una dieta equilibrada, variada y rica en proteínas de origen animal, frutos secos y cereales no debería aparecer deficiencia. Pero puede ser aconsejable complementar la dieta con fósforo si se presenta alguna de las sintomatologías citadas anteriormente.
Reciben el nombre de fosfatos cualquier sal del ácido fosfórico (contiene el radical PO4). Los fosfatos se encuentran en alimentos como la leche y productos lácteos, así como en el pescado, la carne y aves de corral. Es absorbido alrededor de un 60% del fósforo ingerido. En el caso de estar unido a fitatos esta absorción se reduce al 50%.
La forma más habitual de fósforo que se encuentra en los complementos dietéticos son las sales sódicas del ácido ortofosfórico (fosfato de sodio). Aunque también pueden encontrarse en forma de sales de calcio, magnesio, potasio o hierro. También es común encontrarlo formando parte de biomoléculas como el glicerol fosfato o la cretina-fosfato. Estas moléculas son capaces de transferir el fósforo y la energía de sus enlaces.
En la industria alimentaria se emplea una forma de polifosfato denominada hexameta-fosfato de sodio que se hidroliza para poder ser absorbido.
Aplicaciones
El consumo de complementos dietéticos con fósforo busca garantizar los requerimientos nutricionales de este mineral.
Actividad física y rendimiento deportivo.
Como el fósforo interviene en la síntesis del ATP y en la energía celular, garantizar las reservas de fósforo ayuda a mantener los niveles de energía celular, permitiendo una correcta contracción muscular y menor producción de ácido láctico. Adicionalmente, el fósforo también es conocido por su capacidad de controlar el pH en sangre y orina (efecto tampón). Esta cualidad es especialmente interesante durante la realización de ejercicio físico al controlar la acidez causada por la producción de ácido láctico. Se cree que el fósforo permite mayor intensidad y duración del esfuerzo deportivo, mejorando el entrenamiento.
El fósforo permite la síntesis correcta de proteínas y resulta necesario para un correcto desarrollo muscular. También se ha observado que puede mejorar los efectos de la suplementación con creatina.
El fósforo también es interesante en deportes de resistencia. La suplementación con fósforo incrementa una sustancia llamada 2,3-difosfoglicerato que parece incrementar la cantidad de oxígeno transportada por la sangre. De esta manera la suplementación con fósforo incrementaría el umbral anaeróbico, y mejoraría el rendimiento entre un 8-10%. Según estos estudios, la suplementación con fosfato sódico presentaría un potencial efecto ergogénico en actividades de resistencia.
Dosis
La ingesta diaria recomendada (CDR) para la población española es de 700-1200 mg. La ingesta media de fósforo en la dieta es de entre 800 y 1.500 mg diarios y en Estados Unidos se ha fijado un aporte máximo diario de unos 4 gramos para la población general.
La forma más utilizada por los atletas para la suplementación es el fosfato de sodio (agente tamponador). La administración de fosfato debe realizarse de manera dividida en cuatro dosis al día y tomar preferiblemente junto con alimento.
En el caso de los atletas de resistencia, se recomienda tomar 4 gramos diarios de fosfato de sodio en dosis divididas en los tres a cinco días antes del evento deportivo. Los atletas de fuerza necesitan cantidades mucho más bajas, aproximadamente unos 2 gramos.
La absorción y utilización del fosforo a menudo se ven alterados por el consumo de sustancias como el alcohol y los antiácidos.
Precauciones
La toxicidad de fósforo es rara pero puede causar deficiencia de calcio al interferir en su absorción. Se estima que para una salud óptima, el fósforo y el calcio deben tomarse en una proporción de 1:1. Los fosfatos orales en dosis muy elevadas producen efecto laxante.
Las personas con enfermedad renal, enfermedad hepática, insuficiencia cardíaca o presión arterial alta deberían evitar el consumo de complementos dietéticos con contenidos elevados de fósforo.
Equipo de especialistas en nutrición y dietética de Nutritienda.com
Nuestro equipo de expertos titulados en nutrición y dietética por universidades como la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad de Zaragoza, plasman su know how en este blog. Todos ellos coinciden en su vocación por la divulgación de los secretos del mundo de la nutrición.
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