El fosfato cálcico (CaP) es una sal de calcio y fósforo. Se utiliza principalmente como aporte de calcio, cada gramo de la sal tiene aproximadamente un 38% de calcio. Según se aprecia en varios estudios, los niveles de fósforo en el plasma apenas se incrementan por el consumo de CaP, ya que la mayoría del fosfato proveniente del CaP precipita en forma de fosfato cálcico amorfo en el intestino.
La FDA (Food and Drug Administration) autoriza el fosfato cálcico como aditivo y aparece en la lista positiva de aditivos como E-341i (fosfato monocálcico), E-341ii (fosfato dicálcico) y E-341iii (fosfato tricálcico).
¿Para qué sirve?
Actuar como fuente de calcio.
El fosfato cálcico proporciona calcio asimilable y por lo tanto sirve como fuente de calcio. Entre las funciones del calcio se encuentra formar parte de los huesos y dientes, está implicado en la contracción muscular, coagulación sanguínea o la vasodilatación. La suplementación con calcio puede retrasar e incluso prevenir la osteoporosis.
También es necesario para transmitir el impulso nervioso y que se produzcan las contracciones musculares. El consumo de fosfato cálcico ayuda a mantener un nivel adecuado de este mineral, que puede prevenir calambres musculares en atletas y deportistas de resistencia. Por otra parte, también se ha visto que los suplementos de calcio en los atletas de resistencia no solo aumentan la densidad mineral ósea, sino que también ayuda a mantener la masa magra (muscular).
Mantener los niveles adecuados de calcio podría también facilita la pérdida de peso, evitar altas presiones sanguíneas y facilitar la contracción del corazón. También parece reducir la ansiedad mediante la liberación de neurotransmisores como la serotonina y colina-acetilasa, responsables de regular los impulsos nerviosos.
Por último, también se ha observado que los complementos dietéticos de calcio ayudan a reducir los dolores de cabeza, irritabilidad, insomnio y depresión relacionados con la menopausia.
Precipitación.
El fosfato cálcico en el intestino puede precipitar junto con sales biliares, formando complejos insolubles que se eliminan por las heces. Debido a la mayor cantidad de sales biliares excretadas por las heces, podría reducir la absorción de las grasas y reducir los lípidos y colesterol en sangre. Adicionalmente, al aumentar la excreción de sales biliares, y ser necesaria su regeneración, se utiliza para ello el colesterol endógeno del hígado, este hecho podría influir en la disminución los niveles plasmáticos de colesterol.
A su vez, la reducción de la presencia de ácidos biliares facilita la colonización de bacterias lácticas probióticas, estas bacterias promueven varios efectos beneficiosos para la salud, como la producción de vitaminas, estimular el sistema inmune, apoyar la reducción de colesterol y mejorar la disponibilidad de minerales y elementos traza.
Por lo tanto, la combinación de bacterias lácticas y fosfato cálcico es capaz de modular los niveles de lípidos sanguíneos y la hipercolesterolemia.
Por último, existe un estudio que propone que el fosfato cálcico podría proteger frente al cáncer del colon. El estudio propone que la unión de fosfato cálcico con los ácidos biliares disminuye su citotoxicidad, la unión evitaría que los ácidos biliares no conjugados dañen la mucosa del colon, evitando el aumento la precipitación epitelial y protegiendo frente este tipo de cáncer.
Aplicaciones
Como aditivo la función principal del fosfato de calcio es actuar como regulador de la acidez, también se emplea como mejorador del proceso de horneado del pan, incrementa la actividad de los antioxidantes o para prevenir la formación de grumos y facilitar la disolución de los productos en polvo.
Dosis
La dosis de calcio recomendada para mejorar la densidad mineral ósea puede variar entre 500 y 1.500 mg/día dependiendo de las necesidades de cada persona. Repartidas entre 1 a 4 dosis preferentemente durante las comidas. La ingesta diaria admisible (IDA) para cualquier tipo de fosfato es 70mg/kg de peso corporal, proveniente de todas las fuentes alimenticias.
Precauciones
Debe evitarse en personas que tengan hipercalcemia, hipercalciuria, cálculos renales o fallo renal severo, y administrarse con precaución en personas que tengan deterioro de la función renal o riesgo de litiasis renal.
En algunos casos más extraños provoca alteraciones intestinales, como estreñimiento, flatulencia o náuseas.
Equipo de especialistas en nutrición y dietética de Nutritienda.com
Nuestro equipo de expertos titulados en nutrición y dietética por universidades como la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad de Zaragoza, plasman su know how en este blog. Todos ellos coinciden en su vocación por la divulgación de los secretos del mundo de la nutrición.
¡Descubre con nosotros que una vida sana empieza por una nutrición equilibrada!