La dieta de aporte proteico, conocida por las siglas DAP, es un método muy utilizado para la pérdida de peso. Se caracteriza principalmente por un aporte casi exclusivo de proteínas de alto valor biológico en forma de batidos, snacks, sopas, tortillas, natillas o bebidas instantáneas, formuladas a partir de las proteínas de la leche, huevos, soja o guisantes, todas ellas de alta calidad, aportando así todos los aminoácidos esenciales. Estas proteínas se encargan de la protección de la masa magra, entre los que destacan los músculos, por lo que favorecen la pérdida de grasa a expensas de la masa muscular.
Al aumentar el aporte proteico en la dieta, se reduce significativamente el aporte de glúcidos, tanto de absorción rápida (frutas) como de absorción lenta (arroz, pasta o legumbres), y por supuesto de las grasas. Todo esto conlleva a una pérdida de peso eficaz, con muy buenos resultados.
Este tipo de dietas, poseen diferentes fases. Las primeras son más estrictas, ya que tienen un aporte casi exclusivo de proteínas, y en las siguientes se va incluyendo progresivamente en la dieta los glúcidos que se habían visto reducidos. La última fase, consiste en una estabilización ponderal del peso basada en una alimentación equilibrada y saludable sin la exclusión de ningún alimento.
El seguimiento de una DAP necesita de un control médico personalizado, para verificar un buen estado de salud y descartar enfermedades con las que podría estar contraindicada este tipo de dieta como la diabetes insulinodependiente o la insuficiencia hepática entre otras. Es necesario explicar correctamente las propiedades de cada fase y mantener la motivación psicológica, garantizando un correcto aprendizaje nutricional.
La dieta de aporte proteico no es un dieta milagro para perder peso, sino un método científicamente validado para todas aquellas personas con sobrecarga ponderal que precisen de una pérdida de peso. 😉
Yolanda es licenciada en nutrición y dietética especializada en hábitos alimenticios saludables.