Hoy os traemos un tema de candente actualidad ya que, este último mes, el aceite de palma ha copado portadas en periódicos y blogs de los más reconocidos nutricionistas de nuestro país, pero…¿a qué se debe tanta polémica? Sigue leyendo y descubre todo lo que no sabías y deberías saber sobre el aceite de palma.
Si observamos detenidamente todos los alimentos procesados de cualquier supermercado, comprobaremos que el 90% tiene aceite de palma entre sus ingredientes. Sin duda esto nos puede dar una pista sobre este aceite; es muy apreciado por la industria alimentaria, principalmente por tres motivos:
►Es un aceite muy económico.
►Es semisólido a temperatura ambiente, lo que le permite mantener la untuosidad y consistencia del alimento al que se le añade.
►Soporta grandes temperaturas (primordial para su procesamiento) y no se oxida fácilmente.
Aunque no lo sepas, el aceite de palma es el aceite más consumido del mundo aunque quizás no conscientemente, ya que se esconde en la mayoría de los alimentos procesados. Además, hasta hace poco, la industria alimentaria no estaba obligada a citarlo en sus ingredientes, solo bastaba indicar que tenía «aceites vegetales», algo que confundía al consumidor.
El aceite de palma es de origen vegetal al igual que el de oliva, el de girasol o el de colza pero mientras que estos contienen ácidos grasos insaturados saludables, el de palma y el de palmiste tiene ácidos grasos saturados como el láurico, palmítico y mirístico, que son perjudiciales para la salud. |
Esto ha cambiado en el 2014, cuando entró en vigor el Reglamento Europeo 1169/2011. Este reglamento obliga a las industrias alimentarias a indicar el origen específico del aceite vegetal que están utilizando para sus productos. De esta manera, ahora casi todos los productos especifican qué tipo de aceite vegetal están utilizando (las empresas tienen hasta este año 2017 para adaptarse a la legislación). En base a esto, el aceite de palma puede aparecer en los ingredientes de muchos productos con diferentes nombres: aceite de palmiste, grasa vegetal fraccionada e hidrogenada de palmiste, estearina de palma, palmoleina u oleina de palma, manteca de palma o haciendo uso del nombre científico de la especie (Elaeis guineensis).
Efectos del aceite de palma en la salud
El problema del aceite de palma viene dado por su composición nutricional, ya que es un aceite muy rico en ácidos grasos saturados. Por este motivo, diversas organizaciones como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), no recomiendan un consumo elevado de este tipo de grasa ni de los alimentos de los que suele formar parte.
De todas maneras, el aceite de palma ha cobrado protagonismo en los últimos meses no por sus valores nutricionales, sino por un comunicado de la EFSA, en el cual citan numerosos contaminantes presentes en el aceite de palma debido a su procesamiento. Estos compuestos generados a elevadas temperaturas se transforman en nuestro organismo en glicidol, un compuesto tóxico y perjudicial para la salud.
Cómo evitar el aceite de palma
Para evitar un consumo elevado de esta grasa debemos tomar conciencia de los productos que consumimos, ya que se esconde en muchos de ellos. Evitar los alimentos procesados, como la bollería, repostería o snacks y priorizar el consumo de alimentos frescos y de temporada es la mejor manera de cuidar nuestra salud y nuestro corazón. Además, es importante fijarse en el etiquetado de los alimentos, ya que como habéis visto, cada vez nos da más información sobre su composición.
Por último, no todo está de nuestra contra, ya muchas cadenas de supermercados han declarado la guerra a esta grasa, eliminando de sus estanterías todos los alimentos que contengan este tipo de aceite, pidiendo a la industria alimentaria que la sustituya.
➡ Tal y como recomienda la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN): “Es recomendable una reducción en la ingesta de grasas saturadas, limitando su consumo a menos del 10% de las calorías totales de la dieta diaria. Así mismo, se debe favorecer el consumo de grasas insaturadas, preferiblemente monoinsaturadas como las del aceite de oliva.” 😉
Biólogo experto en Nutrición, Dietética y Cuidado Personal.
Nuestro biólogo experto en nutrición y fitoterapia, brilla por su naturaleza curiosa e inconformista. De hecho, cuenta con titulaciones de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Valencia, la Universidad Rey Juan Carlos, la Universidad Antonio de Nebrija y la ESIC. Alberto mantiene siempre el foco puesto en la investigación, el desarrollo y la innovación de la industria farmacéutica y alimentaria para estar a la vanguardia del sector.