La betaína también llamada trimetil-glicina (TMG) es una sustancia relacionada con la función hepática, la división celular y actúa en la síntesis de la carnitina.
La betaína procede del metabolismo de la colina y puede dar lugar al aminoácido glicina cuando cede sus metilos. Dentro de las funciones de la betaína está la de actuar como osmorregulador protegiendo las células, moléculas como proteínas y enzimas, y tejidos como la mucosa gástrica.
La principal reacción metabólica de la betaína es la transferencia de un grupo metilo a la molécula de homocisteína formando así una molécula de metionina. La ingesta inadecuada de betaína puede producir trastornos en el metabolismo hepático y concentraciones elevadas de homocisteína (relacionada con patologías cardiacas y aparición de osteoporosis).
La betaína puede encontrarse de forma natural en productos vegetales como la remolacha, brócoli, espinacas, cereales, germen y salvado de cereales, y en productos de origen animal como el marisco.
Los complementos dietéticos suelen incorporar la betaína procedente de la remolacha utilizada para la producción de azúcar.
¿Para qué sirve?
La betaína mejora el rendimiento deportivo, aumenta la fuerza, la potencia, la resistencia muscular y el volumen de trabajo que se puede realizar durante el entrenamiento. Estudios recientes muestran que la suplementación con betaína mejora el clima hormonal favoreciendo la síntesis proteica y el desarrollo muscular. Existen estudios que relacionan la suplementación con betaína con una mayor capacidad de trabajo muscular y mejora de la composición corporal (menor tejido graso y mayor masa muscular).
Diversos estudios sostienen que el aporte de betaína junto con vitamina B6, vitamina B12 y ácido fólico ayuda a reducir los niveles de homocisteína. Su aporte es especialmente interesante en personas con homocisteinuria genética (niveles elevados de homocisteína).
Asimismo, la betaína protege los órganos y reduce el riesgo cardiovascular o de padecer enfermedades asociadas a la inflamación crónica. La betaína previene infecciones renales y participa en la síntesis de carnitina. Los resultados de algunos estudios indican que su suplementación puede ejercer un efecto protector hepático y de reducción de los depósitos grasos.
Dosis
Las dosis óptimas no están determinadas. Las recomendaciones oscilan entre 375 y 3,000 mg diarios.
La forma clorhidrato de betaína (betaína HCL) también se obtiene de la remolacha y es una fuente natural de ácido clorhídrico utilizada para suplir carencias de ácido clorhídrico en el estómago y facilitar la digestión en casos carenciales. En este caso suelen emplearse entre 5 y 10 gramos de betaína HCl.
Cuando es utilizado como fármaco debe ser un profesional quien prescriba la dosis adecuada.
Precauciones
A pesar de sus múltiples beneficios la betaína puede presentar algunos efectos secundarios leves que pueden incluir náuseas o malestar estomacal. La betaína no debe ser utilizada por niños. Si se está tomando algún tipo de medicamento es mejor consultar con el médico antes de consumir betaína para mayor seguridad.
Equipo de especialistas en nutrición y dietética de Nutritienda.com
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